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Debemos desterrar de una buena vez la violencia sexual en todos los aspectos de nuestras vidas y de nuestra sociedad

21 Abril, 2023
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Mg. Gloria Noriega Monar

Coordinadora de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener

Lo ocurrido con la enfermera en Puno, es netamente un delito de femicidio y es terrible lo sucedido y quisiera conversar sobre ello, específicamente sobre la violencia de género.

Ahora bien, el reconocimiento de la violencia basada en género permite entonces enfrentar la violencia que está a la base de las relaciones de poder históricamente desiguales entre varones y mujeres, así como de quienes cuestionan el sistema de género, en donde las mujeres llevan la peor parte y abre posibilidades para una intervención que busque cambiar radicalmente esta situación, lo cual implica actuar tanto con las víctimas como con los perpetradores. Esta denominación permite además incluir aquella violencia que se dirige a quienes no acatan el imperativo sociocultural del sistema binario de género y la práctica sexual de la heterosexualidad (la violencia por prejuicio).

La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer señala que ésta se define como cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto en el ámbito público como en el privado. Dicha convención agrega además que se entenderá que la violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica.

Siento que me identifico mucho con la definición que da la Corte sobre la violencia basada en género: “Cualquier acción o conducta basada en el género y agravada por la discriminación proveniente de la coexistencia de diversas identidades (raza, clase, identidad sexual, edad, pertenencia étnica, entre otras), que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a una persona, tanto en el ámbito público como en el privado. Se trata de aquella violencia que ocurre en un contexto de discriminación sistemática contra la mujer y contra aquellos que confrontan el sistema de género, sea al interior de las familias o fuera de ellas, al margen de su sexo, que no se refiere a casos aislados esporádicos o episodios de violencia, sino que están referidos al sistema de genero imperante, que remite a una estación estructural y a un fenómeno social y cultural enraizado en la costumbres y mentalidades de todas las sociedades y que se apoya en concepciones referentes a una inferioridad y subordinación de las mujeres y supremacía y poder de los varones”.

Existen clases de violencia de género y entre las que guardan relación con este caso, definamos:

  • El feminicidio se define como el asesinato de las mujeres perpetrado por los hombres por el sólo hecho de ser mujeres y que tiene como base la discriminación de género. En realidad, debe ser visto como el último capítulo en la vida de muchas mujeres, marcada por un “continuum de violencia y terror” (Defensoría del Pueblo, 2010). Es producto del fracaso de los intentos de someter y controlar a las mujeres. Expresa la necesidad de eliminar, en forma definitiva, la capacidad de las mujeres de convertirse en sujetos autónomos. A menudo los medios presentan el asesinato de mujeres como “crímenes pasionales”, lo cual desvirtúa su carácter y contribuye a reforzar los estereotipos que ubican a las mujeres en una posición de subordinación y desvalorización frente a los varones.
  • La otra clase de violencia de género seria, la violencia sexual sigue siendo una de las modalidades menos denunciadas y con más problemas de acceso a la justicia. Puede darse tanto en el espacio privado como en el público, en tiempos de paz o de conflicto armado y más aún puede constituirse en delito de lesa humanidad cuando es perpetrado de forma sistemática contra las mujeres de una nación o grupo étnico, como forma de humillar a los varones vencidos y dar una prueba de hegemonía (Defensoría del Pueblo, 2011). Por sus características, la violencia sexual se constituye en un verdadero indicador de las desigualdades de género en todos los ámbitos de la vida social, que limitan el ejercicio de derechos de las mujeres.

Lo sucedido es una atrocidad que no debe volver a pasar que ha enlutado a todo el pueblo peruano y que nadie debe pasar por estos episodios delincuenciales al margen de violentos. Las autoridades y la sociedad deben reestructurar lo siguiente para contribuir a desterrar cualquier violencia contra la mujer:

  • Implementación de políticas públicas en las escuelas sobre prevenir y desterrar la violencia de género.
  • Empoderamiento de los niños en el respeto a los derechos fundamentales.
  • Planificación Familiar en su gran labor traer niños al mundo y hacerlo de bien.
  • Desterrar costumbres muy arcaicas de las culturas peruanas en todas las regiones, hemos avanzado mucho para retroceder y la misma proyección debe hacerse en cada rincón del país, amparado en el respeto de los derechos de las mujeres.
  • Eliminar las cuotas, no necesitamos cuotas, necesitamos participar activamente de la vida social y política sin restricciones.
  • Empoderamiento y mejora laboral de las mujeres a nivel nacional, para lograr la autoestima general que requerimos para eliminar cualquier abuso en contra de nosotras.
  • El amor entre los peruanos para denunciar o prevenir o atacar cuando observemos abusos, unirnos como peruanos ante cualquier abuso en contra de las mujeres o de cualquier peruano, ser más humanos y empáticos para lograr un mundo mejor.

Aún seguimos siendo un país machista y con costumbres desdeñables, es momento de cambiar y sensibilizar, el sector tiene una gran labor y no sólo ayudar cuando pasan estos casos extremos de violencia y delito, sino fomentando a diario el respeto y valores que necesitamos para evitar y desterrar cualquier tipo de violencia en general, discriminación sistemática contra la mujer y contra aquellos que confrontan el sistema de género.

Para concluir, lo sucedido con la licenciada en enfermería y su triste fallecimiento, nos duele inmensamente como Escuela de Posgrado, ya que vivimos directamente con muchas profesionales de la salud en nuestras tres grandes maestrías referentes a salud y como escuela estamos en contra de normalizar la violencia de género o permitir abusos contra las mismas. Por el contrario, realzamos el trabajo de éstas y apoyamos a su desarrollo.

Esta lucha y no normalización es un trabajo en equipo y debemos empezar desde casa, en la escuela y en la sociedad.

Empecemos forjando amor en lo que hacemos y ayudando, siendo más solidarios para eliminar la violencia en general de nuestro querido país.